martes, 18 de noviembre de 2008

Lo que le falta a esa mirada



Verla así, sujetándose la barbilla.
Esa mirada nada triste.
Esa frente peinada con una sombra.
Podría pensarse sobre lo que piensa,
hacia adónde se dirigen sus ojos.
El más que posible luto no hace mella en el momento.
Hay dos sillas plateadas para el descanso.
Quizá esta mirada se entendiera dentro del contexto donde surgió.
Quizá hubiera música, unos gaiteros.
Podría estar sóla en su salón y al oír música salió al balcón.
Sin musica, ¿cómo hubiera mirado?

Así surgió esta foto, sin ninguna medida de tristeza.

1 comentario:

Inés González dijo...

Un perfume de mar
mitiga los pensamientos
que se pliegan suavemente
como las olas por la brisa.
Así, enlazados en su aire
caminan por las aguas
hasta el último confín.
Sus lenguas de fuego ya no atizan mi frente
ni escarban el corazón.
No tengo el dolor de los pensamientos,
sólo miro allá a lo lejos sin pensarlos,
desvanecidos en la ensoñación.